La buena situación deportiva del equipo propició que fuera adquiriendo cada día más socios entre aquellos seguidores que les gustaba el futbol pero que por diferentes motivos no se sentían afines al Futbol Club Barcelona. El jugador de dieciséis años que abandonó a los diecinueve el club para finalizar sus estudios, fue convencido para retomar la práctica deportiva por los rivales del F. C. Barcelona, que sin embargo no pudieron retenerle y el jugador retornó nuevamente para convertirse en un reconocidísimo portero, y antes de recalar en el Madrid F. C., siendo estos dos clubes los que le encumbraron como una de las figuras históricas del fútbol español e internacional.