La violencia que padeció el país en aquellos años afectó de forma significativa al equipo rojiblanco, tercera equipacion barcelona perdiendo la vida muchos de sus jugadores tanto en la Revolución de Asturias como durante la Guerra Civil. Concluido el conflicto bélico, dada la destrucción del estadio del Real Oviedo (que solicitaría una moratoria de un año para reconstruirlo y volver a competir en Primera), se decidió que su plaza se la disputaran el equipo madrileño y el Osasuna (que había sido el último clasificado de aquella temporada 1935/36). A tal fin, jugaron ambos un partido en el Estadio de Mestalla, el 26 de noviembre de 1939 con victoria de los rojiblancos por tres goles a uno, que cambiaría radicalmente el destino del Club.