Marcó 72 goles en 75 partidos con el Madrid, en dos etapas, cuatro de ellos en los clásicos ante el Barcelona. Destacó en las filas de Osasuna, donde debutó muy joven, y llamó la atención del Madrid, donde formó ataque con Manuel Olivares y Gaspar Rubio. Extremo derecho rápido y habilidoso, fue clave en la conquista de los primeros grandes títulos del club blanco, las Ligas de 1932 y 1933 y la Copa de España de 1934. Como antes hizo Rubio con Bernabéu, batió el récord goleador del club (82 goles), antes de abandonar la entidad para disgusto de aficionados y dirigentes, en especial de Bernabéu.
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